Los ciudadanos de Turquía están experimentando un aumento de las tasas de rechazo de los visados Schengen, lo que reaviva la presión de Ankara en favor de la tan esperada liberalización de visados de la UE. Los funcionarios turcos sostienen que la UE no ha cumplido las promesas hechas durante las conversaciones para la liberalización de visados desde 2013.
Impacto en los solicitantes de Turquía
Turquía ha gastado 619 millones de euros en solicitudes de visados Schengen desde que comenzaron las conversaciones, pero los índices de rechazo siguen aumentando. Los viajeros turcos se sienten desalentados por las cargas económicas y emocionales causadas por las estrictas políticas de visados y los resultados inciertos. El acuerdo de liberalización de visados UE-Turquía, destinado a permitir los viajes sin visado a los ciudadanos turcos, sigue estancado. Los funcionarios turcos afirman que han cumplido los criterios de la UE, pero los avances se han ralentizado debido a las continuas tensiones políticas y a los problemas de seguridad. Destinos populares como Alemania, España e Italia mantienen requisitos estrictos, a pesar de que han negado cualquier cambio reciente en la política de visados. La frustración entre los viajeros turcos aumenta a medida que las solicitudes se vuelven más costosas y complejas, y a menudo no dan resultado. Datos recientes muestran que los ciudadanos turcos se enfrentan a los mayores índices de rechazo entre los solicitantes de visados Schengen. Según las Estadísticas de Visados Schengen, Alemania fue el país que rechazó a más solicitantes turcos en 2023. En concreto, Alemania denegó 55.495 solicitudes de visado, lo que representa el 32,7% de todos los rechazos. Le siguió Grecia, con 36.112 denegaciones, lo que representa el 21,3 por ciento. Francia ocupó el tercer lugar, denegando 19.586 solicitudes, lo que supuso el 11,5 por ciento del total de denegaciones. Los funcionarios de la UE citan varias razones para mantener políticas de visados estrictas, como la preocupación por la seguridad, el riesgo de inmigración irregular y el cumplimiento incompleto de los requisitos por parte de Turquía.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía insta a la UE a actuar
El coste económico de las tasas de rechazo es significativo para los ciudadanos turcos, que deben pagar tasas de solicitud no reembolsables por cada intento. Una sola solicitud de visado Schengen puede costar cientos de euros, lo que aumenta la frustración por el opaco y aparentemente incoherente proceso de toma de decisiones. El ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, ha pedido una actuación urgente de la UE, instando al bloque a cumplir sus compromisos sobre la liberalización de visados. “La liberalización de visados y la actualización de la Unión Aduanera son las dos áreas críticas en las que nos centramos en nuestro diálogo con la Unión Europea”, aseguró Fidan. “Seguimos trabajando en estas cuestiones con nuestras instituciones, y creo que los miembros de esta Comisión nos apoyarán si estas cuestiones se llevan al Parlamento para su debate”. A pesar del aumento de solicitantes turcos de visados Schengen este año (36%), también ha aumentado la tasa de rechazo. Fidan ha señalado la escasez de personal en los consulados europeos y la tensión política hacia los inmigrantes en los países occidentales como factores que influyen en los rechazos.
Un problema más amplio
En medio de estas luchas, Fidan señaló que las denegaciones de visado forman parte de una cuestión más amplia entre Turquía y la UE. Otros países, como Rumania y Bulgaria, también han pedido la adhesión al visado como Estado miembro de la UE. “No se trata sólo de una cuestión entre Turquía y la UE”, afirmó. “Es una tendencia más amplia que se observa en todo el mundo, y estamos investigando si se trata de un caso de trato especial hacia nosotros o simplemente forma parte de la política general hacia todos los países”. El gobierno turco prosigue sus esfuerzos diplomáticos para abordar la situación, haciendo hincapié en los beneficios mutuos de facilitar los viajes entre Turquía y los países de la UE. Los funcionarios turcos sostienen que la liberalización de los visados reforzaría los lazos económicos, culturales y políticos, al tiempo que fomentaría las conexiones entre personas.
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