Italia ha introducido un cambio importante en su proceso de solicitud de visado, que entrará en vigor el 11 de enero de 2025. Una nueva política exige que todos los solicitantes de visados Schengen de larga duración faciliten datos biométricos, incluidas las huellas dactilares, en el consulado italiano más cercano. Esta norma forma parte de los esfuerzos de Italia por mejorar la seguridad y alinearse con normas más amplias de la Unión Europea.
Cómo funciona
Antes, la recogida de datos biométricos se limitaba a los solicitantes de visados Schengen de corta duración. Sin embargo, Italia ha ampliado ahora el requisito a los visados de larga duración, incluidos los de empleo, estudio, reagrupación familiar y jubilación. Concretamente, los solicitantes deben acudir a citas en persona para completar el proceso de toma de huellas dactilares. Con ello se pretende garantizar la exactitud y el cumplimiento de las nuevas medidas de seguridad. Esta novedad afecta especialmente a los estudiantes internacionales que planean estudiar en Italia. Según las nuevas normas, los estudiantes deben reservar citas individuales para la toma de huellas dactilares.
Italia como destino
Los críticos han destacado los retos potenciales derivados de los nuevos requisitos. Además, las oficinas consulares podrían tener dificultades para gestionar el aumento de la carga de trabajo, lo que provocaría retrasos y alargaría los plazos de tramitación de los visados. Los procesos anteriores a menudo permitían a las instituciones educativas gestionar las solicitudes en bloque. Como resultado, los estudiantes se enfrentan a costes de viaje más elevados y tiempos de tramitación más largos, lo que añade estrés a su viaje de solicitud. Las organizaciones educativas también han expresado su preocupación por el posible impacto en los estudiantes solicitantes. Algunas temen que estos obstáculos adicionales puedan disuadir a los estudiantes de elegir Italia como destino de sus estudios. Además, los cambios pueden poner en desventaja a los estudiantes de zonas remotas que no tienen fácil acceso a los consulados.
Italia mantiene la esperanza
El gobierno italiano ha defendido las nuevas normas como esenciales para la seguridad nacional. Además, los datos biométricos refuerzan las salvaguardias contra el fraude de identidad y la infiltración delictiva. Además, esta medida alinea a Italia con el impulso de la Unión Europea para mejorar la seguridad fronteriza mediante tecnología avanzada. Los sectores del turismo y la educación también podrían sentir los efectos de estos cambios. A las agencias de turismo les preocupa que la política pueda desanimar a los visitantes de larga duración, sobre todo a los jubilados o a los viajeros que planean estancias prolongadas. Mientras tanto, las universidades temen que los futuros estudiantes elijan opciones menos engorrosas en otros países europeos. A pesar de estos retos, el gobierno sigue siendo optimista sobre los beneficios de la política. Al adoptar la recogida de datos biométricos, Italia espera mejorar la integridad de sus visados y agilizar los procesos de control fronterizo. Además, las autoridades creen que estas medidas acabarán haciendo de Italia un destino más seguro. Para evitar retrasos debidos al nuevo requisito, las autoridades instan a los solicitantes a prepararse con tiempo. Los servicios consulares también recomiendan programar las citas con suficiente antelación a las fechas de viaje previstas. Además, los solicitantes deben asegurarse de que cumplen todos los requisitos de documentación para agilizar el proceso.
Sólo el tiempo lo dirá
En general, la nueva política de Italia representa un cambio significativo en sus procedimientos de solicitud de visados. Aunque su objetivo es aumentar la seguridad, los cambios introducen nuevas complejidades para los solicitantes. Los estudiantes internacionales y otros viajeros de larga duración deben familiarizarse con los requisitos para realizar el proceso sin problemas. El tiempo dirá cuál será el impacto de la implantación biométrica en las tendencias de los visados y la movilidad. También si sus beneficios compensan sus retos logísticos.
En última instancia, esta medida señala el compromiso de Italia de alinearse con las normas de seguridad de la UE, aunque no sin consecuencias para los viajeros.
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